miércoles, marzo 25, 2015

Y pisar los charcos.

Esa lluvia golpeando tejados…
la humedad rodeando la casa,
mi ansia por salir y pisar los charcos.

La calle convertida en acequia,
pequeños ríos calle abajo,
y la algarabía, tras las ventanas,
soñando salir a chapotear.

Calzar las botas de agua,
coger un paraguas,
y escapar del yugo materno…
a la calle, donde disfrutar el regalo del agua.

Sumergir los pies en el agua,
que calle abajo, corre presurosa,
 caminar contra esa corriente,
sintiendo la frescura del agua,
atravesar la goma del calzado.

Reír bajo la lluvia,
saltar los charcos,
empaparte hasta arrugar la piel.

El mayor placer de la infancia…
bailar bajo la lluvia,
saltando sobre los charcos.


Reme Gras.
Derechos reservados.

6 comentarios:

Carmen Silza dijo...

La lluvia tiene un encanto especial Reme, aunque yo prefiero la primavera, aprecio lo bello de la lluvia, y cuando de pequeña disfrutábamos de ella, más que ahora.
Precioso, un placer leerte Reme.
Te mando un fuerte abrazo.

Mayte Llera dijo...

Tierno y precioso poema de recuerdos infantiles, querida Reme. Comparto. Besos y muy feliz finde, Poeta:-))

Siloe_ Sombra dijo...

Muchas gracias Carmen... lo cierto es que yo gusto de la lluvia siempre, y más cuando hasta mi llegan recuerdos como estos, era una gozada patear los charcos... jijiji, fuí una niña traviesa y aún anda esa niña por acá dentro, asoma si la busco.
Besos.
Reme.

Siloe_ Sombra dijo...

Muy amable Mayte... ese "Poeta" llega al alma, viniendo de ti.
Solo escribo, más o menos jijiji, igual que saltaba charcos, por puro placer de hacerlo.
Un beso y feliz fin de semana.
Reme.

José Valle Valdés dijo...

Me resulta muy bien el poema, amiga.

Abrazos

Siloe_ Sombra dijo...

Gracias José... los recuerdos de infancia llenan otros huecos.
Un beso.
Reme.

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