Qué no me seducen los
silbidos,
los tintineos de
serpientes sibilinas,
las seductoras miradas ajenas,
de los ojos de gentes
ciegas a la luz.
Recupere la vista en
los baños de Siloé,
mí mirada, alcanza
más allá del horizonte,
veo algo que jamás
alcanzaras a ver,
porqué no se percibe
con los ojos del cuerpo.
Qué no me importa, lo
que tú de mi opinas,
que no me alcanzas,
con tú saliva,
que tú ego… resbala
mi piel,
y tú ceguera, es tan
evidente…
Aprende a leer con
las yemas de tus dedos,
deja en reposo esos
tus ciegos ojos,
y mira hacía dentro,
tal vez aprendas a ver allí,
lo que no aprecias a
ver a la luz del día.
Reme Gras.
Derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario