Detrás de los focos
Cuando cae la noche,
y las luces se
apagan,
en la intimidad de la
alcoba,
a solas con nuestro
más intimo yo.
Los ojos cerrados,
sin que nadie mire,
desnudos a la
realidad interior,
frente a frente con
nosotros mismos,
sin postureos, ni espectadores.
Con el dolor del ego
en carne viva,
con esa humanidad
explotando y sangrando,
sin contención ni
subterfugios,
sólo el instinto y la
rabia aflorando.
Porque somos carne
humana,
debilidad simple y
sencilla,
aunque queramos
acallarla, ahogarla,
tan simple y humana,
desde el principio de los tiempos.
Siempre seremos eso…
humanos… simplemente
humanos,
¡ Simple humanidad!
Reme Gras.
Derechos reservados.
6 comentarios:
/// Porque somos carne humana,
debilidad simple y sencilla,
aunque queramos acallarla, ahogarla,
tan simple y humana, desde el principio de los tiempos.///
Como siempre un lujo escucharte.
Abrazotes, amigaza
Es en ese momento de recogimiento, en el silencio cuando nuestro ser interior aflora despojándonos de todo subterfugio, siendo simple humanidad.
Precioso querida Reme.
Beso y abrazos todos.
Gracias Marina... un beso
Reme.
El lujo es tenerte como compañero y amigo Beto... un abrazo.
Reme.
Buenos versos, Reme. No lo he oído, pues me gusta leerlos y disfrutar de la lectura.
Saludos. Nos leemos!! 🍀
Josetxu... a tu gusto, gracias por tu visita... a mi me gusta mucho recitar y por eso lo hago...
Un abrazo.
Reme.
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