Me quedo quieta,
sin apenas respirar,
me abandono a la quietud de la noche,
sin mover un solo musculo.
Mi cuerpo se apaga,
cómo candil sin
aceite,
se minimiza su latido
apretando los ojos en la oscuridad.
Es mi momento de paz,
el recogimiento que ansío
mi encuentro con mí yo interior.
Escucho mis latidos,
cómo mi sangre me recorre,
y se distiende mi piel.
Mi pensamiento recicla el día,
lo clasifica, lo mide
y lo archiva
preparando mi espíritu.
Comenzando el desmembramiento
en pequeñas partículas de nadas,
lo vivido en las horas vacías… sin tí.
Reme Gras.
Derechos reservados.
6 comentarios:
Se me da muy bien logrado, amiga. me ha gustado mucho.
Abrazo
Muchas gracias José, siempre bienvenido a mi espacio.
Reme.
Me gustó mucho, mucho, mucho...
Gracias por compartir
Abrazotes, amigaza
Que bueno que te guste Beto...
Gracias miles.
Un abrazo.
Reme.
Versas una nostalgia vivida y que todavía permanece presente en ti de una manera muy intensa. Me ha encantado el poema y la declamación ya que le aportas vida a todas estas estrofas maravillosa, Reme.
Un fuerte abrazo y feliz finde !!!
Muy amable Joaquin... gracias por tu amabilisimo comentario.
Bienvenido siempre a mi espacio.
Reme.
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