Cuando por fin el
corazón estalla,
la sangre deja de
manar,
y queda el silencio
reinando
flotando sobre la
piel helada.
No fluyen las
lágrimas,
ni palpita el pulso,
se estancan las
palabras sin decir
en el mar muerto de
tu garganta.
Dejo de doler la
ausencia,
no se lamenta el
alma,
por aquello que no
recibe.
Y el cuerpo aunque
respire,
deja de doler, de
sentir…
Porque todo deja de
tener sentido.
Reme Gras.
Derechos reservados.
4 comentarios:
Uauuuuu...me emocioné...
Gracias por estos momentos.
Abrazotes mil, amigaza
Gracias Beto... honrada con ti visita siempre.
Un beso.
Reme.
Los miedos, las inseguridades, todo eso que tenemos que ir aprendiendo a desechar, a dejar atrás para allanar camino... Un poema muy tuyo, apreciada amiga Reme. Siempre es un agrado leerte bien sea aquí o en otro rincón compartido de este Internet que parce tener alas.
Fuerte abrazo y gratitud por tus visitas a mi espacio de palabras y silencios.
Gracias a ti Teo, por dejar huella de tu visita...
Siempre bienvenido a mi espacio.
Reme.
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