Con el alma herida,
impotente ante el
mundo
sin saber cómo hacer…
como evitar el dolor.
Soy las manos vacías,
sin armas, ni
herramientas
un solo ser humano
frente a un mundo
ingrato.
Con heridas
sangrando,
me duelo en batallas
ya perdidas
seca de llanto, muda
de gritos
sin la medida de la
justicia.
Tengo heridas
heredadas, otras mías,
sangro por algunas…
otras no quieren sanar.
Bajo al abismo del
alma humana,
cimientos amenazando
derrumbe
sobre su misma y
mezquina ambición.
Y moriré de las
mismas heridas,
que jamás dejaran de
sangrar.
Reme Gras.
Derechos reservados.
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