Me reinvento en cada
herida
en cada fría
indiferencia
cada vez que el frio
sopla,
o simplemente,
desaparece mi sombra.
Sobrevivo a pesar de
todo
por encima de la sal
del agua,
y por debajo de hielo
dulce
sin el crin que da
vida al océano.
Vivo vegetando,
navegando entre aguas
turbias,
aferrada a no sé bien
que raíces.
Y mi brújula sigue
orientada al norte,
mirando siempre la
aurora,
porque mañana, mañana
será otro día.
Reme Gras.
Derechos reservados.
4 comentarios:
Precioso como siempre. Un beso amiga
Gracias por tu visita Marina...
Un beso.
Reme.
Me resulta un poema de estupenda factura y buen gusto, amiga. Te felicito!
Abrazos
Muchas gracias José... encantada con tu visita y feliz si te agrado.
Un beso.
Reme.
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