Esa lluvia golpeando tejados…
la humedad rodeando la casa,
mi ansia por salir y pisar los
charcos.
La calle convertida en acequia,
pequeños ríos calle abajo,
y la algarabía, tras las ventanas,
soñando salir a chapotear.
Calzar las botas de agua,
coger un paraguas,
y escapar del yugo materno…
a la calle, donde disfrutar el regalo
del agua.
Sumergir los pies en el agua,
que calle abajo, corre presurosa,
caminar contra esa corriente,
sintiendo la frescura del agua,
atravesar la goma del calzado.
Reír bajo la lluvia,
saltar los charcos,
empaparte hasta arrugar la piel.
El mayor placer de la infancia…
bailar bajo la lluvia,
saltando sobre los charcos.
Reme Gras.
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6 comentarios:
La lluvia tiene un encanto especial Reme, aunque yo prefiero la primavera, aprecio lo bello de la lluvia, y cuando de pequeña disfrutábamos de ella, más que ahora.
Precioso, un placer leerte Reme.
Te mando un fuerte abrazo.
Tierno y precioso poema de recuerdos infantiles, querida Reme. Comparto. Besos y muy feliz finde, Poeta:-))
Muchas gracias Carmen... lo cierto es que yo gusto de la lluvia siempre, y más cuando hasta mi llegan recuerdos como estos, era una gozada patear los charcos... jijiji, fuí una niña traviesa y aún anda esa niña por acá dentro, asoma si la busco.
Besos.
Reme.
Muy amable Mayte... ese "Poeta" llega al alma, viniendo de ti.
Solo escribo, más o menos jijiji, igual que saltaba charcos, por puro placer de hacerlo.
Un beso y feliz fin de semana.
Reme.
Me resulta muy bien el poema, amiga.
Abrazos
Gracias José... los recuerdos de infancia llenan otros huecos.
Un beso.
Reme.
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