Recojo velas…
pliego vestiduras,
cierro puertas y ventanas.
Me vuelvo a mi concha de nácar,
con rendijas de cristal.
Y reemprendo el letargo,
ese dulce y reparador sueño.
A salvo de indiferencias,
de frialdades y silencios.
Ya ni duele…
solo certifico mi quimera.
Y no deseo mas batallas,
no más historias de miedos,
ni de bellas promesas.
Solo un rincón cálido,
rodeado de bellas melodías,
de hermosos versos
y el reposo absoluto y reparador.
Dejo la guerra para otras gentes,
yo solo deseo vivir en paz…
deseo mi muerte… en Paz.
Reme Gras.
Derechos reservados.
2 comentarios:
Dices muy bien y con gusto, amiga. Así sea.
Beso
Gracias siempre José... es de agradecer tu visita constante a mis letras.
Un beso...
Reme.
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