Mis ojos,
cuajados de agua,
no de lágrimas,
se empañan con
facilidad
del calor que
desprende el alma,
del vaho de una
sonrisa,
o del humo de un
recuerdo.
Mis ojos,
frágiles vasijas,
contenedores de sutil termostato,
sustentando el
más fino cambio
entre la tristeza o la sonrisa.
entre la tristeza o la sonrisa.
Son la cara de
mi corazón alegre,
la mirada triste
y apenada del alma.
Siempre
desnudando la intimidad…
tan solo con
mirar mis ojos,
mi corazón queda al desnudo.
Mis ojos saben
reír…
recuerdo
haberlos sentido.
También saben
dolerse…
mostrar al mundo
su pena.
Porque mis ojos…
Son la ventana
de mi alma.
Reme Gras.
Derechos reservados.
7 comentarios:
Mucho placer en leerte, amiga.
Beso
Muy amable José...gracias.
Reme.
Un poema precioso. Un besito.
Gracias querida prima... te quiero.
Reme.
Los ojos, efectivamente, son las ventanas del alma.
Como siempre, un buen poema.
Saludos cordiales.
Muy amable J.Teodoro, gracias por comentar.
Reme.
Siempre es gratificante leerte y dejorte un comentauo Siloe Sombra, muy bello todo lo que compartes poetísa.
Eloy Guzmán.
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