No quiero pensar,
ni conocer, ni
reconocer…
se agolpan las
palabras en mi cabeza,
y se agotan mis
neuronas sin comprender.
Caen al suelo las
esperanzas,
cómo las hojas
agitadas por el viento
amarillentas y
ajadas,
agostadas por la
certeza de su fin.
Soy muerte desde mi
raíz,
sólo parte de una
cadena humana
en permanente lucha
por sobrevivir
a no sé bien a cual
cosa y a cual porqué.
Y llora el cielo,
gotas heladas,
presagio de muertes
anunciadas,
sin resurrección
posible,
no hay amnistía para
esta sentencia.
Reme Gras.
Derechos reservados.
6 comentarios:
No hay annistimia para esta sentencia, no, solo podemos llevarlo como mejor podamos y sepamos, mientras tanto disfrutemos los momentos que nos regala la vida.
Feliz tarde Síloe.
Un gran abrazo.
Gracias por tu huella Carmen, un fuerte abrazo, que nos tarde muchooooo en llegar.
Reme.
Felicidades Reme, y tienes toda la razón, pero no tenemos que amargarnos,
habrá que centrarse en lo positivo que
que nos ocurra, aunq
ue no es fácil.
No me amargo Jesús... son inspiraciones, yo de naturaleza un poco triste cuando una piedra me daña el pie aflora todo mi penar... lo plasmo en versos y continuo mi camino, es una forma de curar.
Un besito, gracias por ser un compañero tan atento.
Reme.
Me resulta bien logrado el poema, amiga. De mucho gusto.
Abrazos
Gracias José, siempre tan amable y atento con mi trabajo.
Un saludo.
Reme.
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