Ese cuerpo que me es extraño,
que apenas asemeja un cántaro de barro,
frágil, enjuto, poroso y opaco,
donde no me siento yo.
Tengo la constancia de mi desarraigo,
inútil para la vida,
inservible para la maraña de congéneres,
totalmente obsoleta.
Ya no siento ni tristeza…
solo una certeza solida y constante,
de no ser nada.
Sin piel, ni carne…
ni de mis huesos quedara constancia,
ya formo parte de la
nada que me contiene.
Reme Gras.
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