Frente a la inquietud
que provocas,
ante esa
indiferencia, vestida de calidez
ese susurro bajo que
murmuras
me quedo, indefensa.
Sellas mis labios con
tu sonrisa,
con ese acatar mis
quejas
aseverando mis
certezas
quedo, desarmada y
sin palabras.
Ya ni el llanto me
consuela
sé que mi destino es
perderte,
si es que alguna vez
te tuve.
Porque ante tu sutil
rechazo…
ese que camina entre
el sí, pero no,
me dejas sin
defensas.
Reme Gras.
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