Los puños
apretados con fuerza,
Manos
vacías, apretadas con fiereza
para no
dejar ni el aire en ellas.
Vacías de
amor, de cariño
sin piel
que acariciar.
Para no
sentirlas vacías,
cerradas
a todo sentir
hundirlas
en tierra, como raíces.
Evitando
la caricia del aire
el roce
de otra mano.
Para no
sentirlas vacías
perderlas,
esconderlas en lo más profundo
cerradas,
para no ver la agonía de su vacío.
Manos
hechas para amar...
vacías a
la esperanza.
Reme Gras
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