No dejo de asombrarme,
tristemente, mayormente,
caigo por la cascada de rocas
que sobre mi yo frágil, descarga el cielo.
Se rasga el azul...
desde la línea negra que me persigue,
se descascarilla, como huevo cocido
y revienta cimientos.
Aparecen las pesadillas,
en forma de ayer no vivido,
de carencias persistentes
machaconamente hurgando la herida.
Me asombra mi capacidad de auto mutilación
de esa forma en que, el subconsciente
tortura la psiquis
sin la más mínima compasión.
Reme Gras.
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